Este artículo analiza la metodología narrativo-visual conocida como “Fotovoz” a partir de su implementación y uso en dos casos, en el contexto de un plan de desarrollo escolar inclusivo basado en los planteamientos de la Guía para la Inclusión Educativa. Este plan busca propiciar, mediante la participación de la propia comunidad escolar y el levantamiento de la voz del estudiantado, la producción de un plan para abordar las barreras para la inclusión detectadas por el colectivo. Metodológicamente se procede través de dos casos, la producción de información se lleva a cabo por medio de notas de campo de cada una de las sesiones por parte del equipo de asesores colaborativos, siendo complementada por el material producido por los propios estudiantes y una entrevista final al equipo. Por medio de un análisis cualitativo se identifican tres categorías centrales, a saber: Diseño, Implementación, Aportes y barreras en el proceso de autoexploración. Cada una de estas categorías está asociada a problemáticas y estrategias adoptadas para su solución, así como también a potencialidades para el abordaje de la diversidad. Los resultados permiten dar cuenta de un enfoque que facilita tanto la participación como la construcción de un conocimiento de la escuela en un plano de la experiencia sensible que irrumpe en el espacio escolar problematizando una serie de elementos que escapan al uso de cuestionarios como estrategia privilegiada.